Corregidor, 2006
Durante un siglo y medio, guaraníes y jesuitas coincidieron en un escenario poblado por signos del cristianismo, liturgias heterodoxas, trabajo colectivo y ritualizado. Artes visuales y música formaban parte de ese mosaico cuyo influjo simbólico guiaba a los pueblos; convertidos en activo centro de trabajo artístico al sur de América, los talleres misionales dieron a luz interpretaciones singulares del arte europeo. Arte en las Misiones Jesuíticas es una semblanza material y espiritual de ese mundo perdido.